sábado, 14 de febrero de 2015

TIERRAS DE ENCANTOS, BRUJAS, DIABLOS, FANTASMA Y LUCES RARAS


Fuente: www.fotolog.com
Cuentan los abuelos que Córdoba era una tierra embrujada en los tiempos que no había luz eléctrica en noches oscuras con calles y caminos solitarios, que solo se escuchaba la Pavita Congona, el Tres Pies, el Pájaro Puerquero, cantando luctuosamente en medio de la soledad y las creencias de la tierra empautada, donde todos le tenían miedo al Gritón, a la Llorona, al Caballo sin Cabeza, al Perro Boca de Candela  y a los ruidos raros que nunca se sabía de donde salían.
En las cosechas de maíz se observaban en las horas de la tarde, Tres Niños Negritos que jugaban y jugaban, también los observaban en los caminos y orillas de las ciénagas, arroyos y pozos, eran los negritos del más allá.
Los hombres que se encontraban solos en las montañas o casas se les aparecida una mujer desnuda que lo llamaba y si el hombre se le acercaba, lo abrazaba duro y lo trituraba con sus fuertes brazos llenos de espinas como puñales que eran enterrados en el cuerpo del hombre; y así moría.
En las noches solitarias se veían luces que recorrían las fincas, caminos y andaban sobre el agua de los arroyos, pozos y ciénagas. Algunas de estas luces eran como gigantescas bolas de candela que corrían por las cercas de los caminos, le llamaban los abuelos “El Entierro” que buscaba a una persona para hacerlo rico, si éste lo sacaba.
Cuando aparecieron los carros en las zonas del Sinú, también apareció un carro fantasma que se veía venir con sus luces fuertes en las horas de la noche y no era nada; muchos conductores se accidentaron porque el carro fantasma los encandilaba y se accidentaban.
Los niños malcriados se los tragaba la tierra por no obedecer a sus padres. Ojala hoy fuera así para corregir a muchos.
Las ciénagas eran protegidas por el Mohan: un monstruo parecido a un hombre viejo de color verde y que salía a los pescadores en las horas de la noche. En el atardecer se escuchaba el Yacabó, pájaro agorero que con su canto macabro llamaba la muerte. Y así sucedía en la comunidad alguien moría, lo dijo el Yaacabó y así era. Por las noches a eso de las siete en el pueblo, se escuchaba cantar una lechuza. Era aviso de muerte, alguien moría.
Los espantos de los animales en las horas de la noche o en la madrugada, era un aviso de muerte. Se espantaban las cocás o el ganado y al día siguiente alguien moría. De igual forma el aullar de los perro en las noches oscuras con ganes de llover, era símbolo de terror, era la noche del Gritón, la Llorona, el Perro Boca de Candela que se comía a los perros que se encontraba a su paso. Sacándole las asaduras.

Dejo hasta aquí porque quiere llover con huracán, la noche es oscura, los animales buscan refugio, se escucha de pronto el fuerte soplar del viento. Una bruja encaramada en el techo pajizo de la casa vecina, de la difunta María Pertuz, deja sonar lentamente sus silbido, dando terror en el pueblo sin luz eléctrica. Algo malo va a pasar la tempestad se aleja, los perros dejan de aullar, la bruja voló convertida en un gran pájaro negro de vuelo pesado; también se escucha el cantar macabro del Tres Pies, la Pavita Congona empieza su triste canto como anunciando que algo malo va a pasar. Ya es media noche y a los lejos se escucha que viene lentamente un jinete a toda prisa como alma que lleva el diablo, se acerca más y más, lo miro, es nada más que le gigante negro con silla de oro y áspero que brilla por la luz de los relámpagos, va rumbo al más allá. AVE MARÍA PURISIMA!!! ESEL DIABLO

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