jueves, 5 de febrero de 2015

8 de marzo: Día Internacional de la Mujer


Por: Luis Martínez Aleán



Sea este el momento para hacer un breve recorrido por el mundo de la belleza del Sinú. Hermosas y fuertes  fueron las mujeres del pasado que dejaron huellas en la historia de la costa Caribe como la India Catalina, que enloqueció a la hueste española y así sucedió con nuestras representantes del otrora en la conquista del Sinú.

Córdoba tuvo mujeres hermosas que le cambiaron el rumbo de la historia patria regional, aquí en el san Jorge, el Sinú y la Sabana, recordemos a las gallardas y diosas como Maniaguá mujer del cacique Mocarí, Nay hija de Caigá. Caigá fue la mujer del cacique Carepa. Tay Doncella linda y legendaria, que con su mirada enamoraba los hombres que tuvieron la dicha de verla, vivió en Cereté y fue la esposa del cacique Té y luego cuando murió este, se convirtió en la mujer del único cacique blanco Tofeme. Pero el universo de la cultura anfibia Zenú y en sus doradas tierras aparece la madre del amor y la belleza Manexca que vivió en San Andrés de sotavento, endiosada por los hombres de ese entonces, se creía que las mujeres lindas provenían de las esposa del cacique Mexión. Manexca y Mexión tuvieron como fruto a Tuchín, Chimá y Arache.

Otra beldad indígena fue la diosa Totó que vivió en Chinú y que tuvo como característica especial de no pisar el suelo porque caminaba sobre las espaldas de otras mujeres, era tan bella que no merecía caminar por la tierra sino sobre una alfombra humana que la conformaban las doncellas jóvenes de la época. Fue también belicosa contra los blancos españoles que destruyeron todo a su paso, esta bella mujer se tuvo que cortar un seno para tirar mejor la flecha a sus enemigos hispánicos.
Dabeiba fue la otra diosa de la cultura dorada Zenú. Dabeiba que hoy es Antioquia pero que en el pasado hizo parte de esta misma tierra, rica en oro que con su metal precioso adorno la naturaleza del Sinú, constituyéndose así como el mundo dorado. Buriticá y Dabeiba se unieron para que estas tierras del San Jorge, el Sinú y las Sabanas fueran orfebres extendiéndose hasta el cacique loba en santa Cruz de Mopox.


En Sahagún tuvimos la diosa Barají. En el alto Sinú, la diosa de la fecundidad y la fertilidad Onomá a la orilla de la ciénaga de Betancí. La ciénaga de Betancí fue agraciada por las jóvenes más lindas del mundo Zenú, hasta allá iban las jóvenes de esta región para celebrar el rito de la sequía que consistía en dejarse triturar de los caimanes de esa ciénaga para que lloviera y fertilizará el suelo para las cosechas. Pero el cacique Quimarí se metía silenciosamente en el agua y se apoderaba de estas bellas mozas para hacerlas mujer de él.

En Ciénaga de Oro, tierra dorada por los mejores orfebres precolombinos y con hermosas mujeres que engalanaron este rico terruño. Tenemos especialmente dos princesas: Yulé y a la bella Filó. Yule hija del cacique Tangarú y Filó, mujer del cacique Panaguá.
Las mujeres indígenas de esta región cordobesa, eran físicamente bien esculturadas, de buena estatura, buen busto, nunca se le aguaron los senos, fieles y sobre todo hermosas, de pocas arrugas, de cabellos largos y negros, vestían con faldas largas hasta los tobillos en tejidos de lana estampados con símbolos mágico- religiosos parecidos a las pintas del sombrero vueltiao. Para ceremonias especiales las indígenas se colocaban brasier en oro puro con diademas, pulseras, tobilleras, collares, narigueras, oregueras y brazaletes, todo en oro de alta valía.

Las mujeres latinoamericanas son producto de la mezcla triétnica de indígenas, blanco y negro. Situación que ha dado las mujeres más lindas del universo, de color de piel canela, blanca y morena que han hecho cambiar la historia a grandes hombres del mundo por su belleza, sentimientos y con perfil inefable, donde la batalla de guerra fue cambiando por un nidal afrodisiaco.

Todas tienen cualidades de mujer bonita, porque la belleza no tiene norma específica: la gorda es bonita, la delgada es linda, la alta es esbelta, al morena es simpática, la blanca es hermosa, la de color canela es atractiva, la bajita es agradable, la de mediana estatura es sensual, en fin todas son hermosas. Por esta razón, el escritor cordobés Luis Fernando Galindo Guerrero, escribió un poema que tituló El Tiempo De Espalda que dice textualmente:

“De frente
Vienes perfumando
los caminos
e irradiando juventud”


También nuestro músico Pablo Flórez compuso un disco a la mujer bonita: La Aventurera y nuestro himno folclórico musical María Varilla que identifica a una mujer que vivió en Ciénaga de Oro.

“Donde no hay una mujer, el necesitado solloza” Eclesiástico. 

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